3 de julio de 2013

Me río yo del blanco y rojo

Empiezas motivado. Forma parte del ritual presanferminero: el de organizar la agenda de comidas o cenas con los amigos, pensar el almuerzo, observar minuciosamente los conciertos que hay cada día...o preparar la ropa: pañuelo, camiseta blanca, faja, pantalón. Fácil, sencillo y cómodo...a primera vista.

Un atuendo 'sencillo' y 'barato' a primera vista....
Así que empiezo por los pantalones. Consigo identificar unos cinco que se aproximan a mi talla, entre una pila enorme. Alguno habrá sobrevivido a la batalla campal. Todos se lavaron, sin excepción. Empiezo con el primero: una mancha de kalimotxo imposible de disimular en el bolsillo derecho, ni siquiera para el chupinazo. Quedan cuatro. Los bajos y las rodillas afectados considerablemente, ni de coña. Otro más; éste sí se salva. Perfecto. Era el que llevaba de día. Dos más aún y la posibilidad de no gastar un duro en una prenda que no va a pasar de los sanfermines siguientes. Otro...que tampoco. Malditas manchas perceptibles disgregadas por todo el pantalón. ¿Pero qué hice yo? Y para consolarte respondes...¿qué me hicieron? Que es distinto. El último pantalón, venga...¡uy!, igual con lejía neutrex pasa. Pero, en el fondo, intuyes la derrota del algodón. Así que solo sobrevive uno y medio. El medio por cierto bastante feo. Se masca la tragedia. Porque el entero puede ser de tu hermana y eso sí que es una batalla.

Las camisetas, sí, eso hay de sobra. Una pila aún más grande que la de los pantalones. La inspección comienza... y más de la mitad son de propaganda, de la talla XXL. Tampoco es eso. Vale que se va a manchar, sudar y no sobrevivirá ni 48 horas...pero ir de la 10ª edición del cross popular es pasarse. Total, que la selección no pasa de ocho camisetas, y la mitad rojas, bonitas, más pensadas para salir que para un chupinazo. Así que nos quedamos con cuatro. Que, como los pantalones, tienen alguna manchilla. Pequeña, pero ahí está. Y, aunque sabes que a los cinco minutos de entrar en lo viejo te expones a que un australiano con una sangría don simón y una sonrisa de oreja a oreja bautice tu camiseta, no quieres salir con una mancha. Aunque sea pequeña. Que empiezan los Sanfermines y son tus fiestas y se va limpio. Total, por tres euricos...

Jerseys. En la tierra de Mordor todo puede pasar. El día 6 anuncian más de 30º grados, pero a mi no me engañais, una chaqueta o jersey como Dios manda hay que llevar. Y solo hay dos: una enorme de dos tallas más y una chaquetilla de hace dos años. ¿¿Pero cómo sobreviví yo los Sanfermines pasados??

Total, que asumes la derrota. Reciclaje, más bien poco. Y encima sigue el pilón de camisetas y pantalones blanca ahí, en frente, como diciendo que eres tú la que te estás buscando el 'derroche'. Ves que dos pantalones van a caer, dos camisetillas de tres euros también y un jersey que abrigue algo se une a la improvisada lista.

¿La ropa de San Fermín? Nada, un pantalón y una camiseta vieja que tengas... dices a la prima de Bilbao. ;)







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