17 de marzo de 2013

Detrás de la puerta


Querido amigo,

Detrás de cada palabra escrita, está la historia de su autor. No sé quién fue, quién juntó esas letras detrás de una puerta verde y vieja, decorada por otras frases de noctámbulos, soñadores, aspirantes a dejar su huella en uno de los lugares más frecuentados de día y de noche por todos. La puerta verde del baño estaba repleta de firmas, fechas, números de teléfono para proposiciones obscenas, o para aliviar la soledad o inmortalizar un momento. Había dibujos, siluetas de distintas formas, algunas incomprensibles, otras encaminadas a divertir en ese pequeño hueco que dejaba entre el retrete y la pared. También había espacios para las ideas políticas, acuñadas por líderes pasados que renacían en las nuevas generaciones. Era un sábado por la noche y el bar estaba lleno de gente, de conversaciones inacabadas, de movimientos de caderas, de brindis cargados de alcohol y deseos exaltados, de música secundada por voces de todo tipo.

Como te digo, entré al baño. Y en esa maraña de manifestaciones grabadas a pulso, me sedujo esa frase. La letra era fina y desigual, pero no lograba esconder un cuidado. Una preocupación porque fuera distinta. Las letras a veces se juntaban y otras veces mantenían distancias formando picos. No seguían una línea recta: estaba escrito en cuatro partes diferenciadas.

Aquella puerta verde me pareció una declaración de sinceridad humana. Borrachos, cuerdos, bohemios, ejecutivos, jóvenes con ganas de ser mayores, ancianos con un pasado rebelde, enamorados, confusos…quién sabe. Tras esa arrugada puerta, nadie les vio. Pudieron ser cualquiera y decir lo que de puertas a fuera nunca dirían. Al dueño, quien probablemente considere algo inútil limpiarla, quizá también le fascinó la frase.

Como si inspirara a todos los trazados que le acompañaban y por eso le respetaran, ninguno se cruzó en su espacio. Un espacio indefinido, que empieza y acaba con puntos suspensivos, dejando todo abierto. 

La frase, querido amigo, me ha llevado a buscar esa caligrafía por todas las puertas de los baños de bares. Parece una locura, pero cuanto más la busco, más lo entiendo. Ninguna puerta es igual, pero todas contienen la esencia de esa frase.














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